La práctica del Networking no es nada nuevo, y es muy anterior a que existiese Internet: Frigyes Karinthy enunció su teoría de los seis grados de separación (que se resume en que podemos contactar con cualquier persona del mundo a través de una cadena que no tiene más de cinco intermediarios) en 1930, y desde siempre se vienen utilizando congresos, jornadas, asociaciones, colegios profesionales, escuelas de negocio y encuentros profesionales de todo tipo para reforzar nuestra red de conocidos.
Sin embargo, no deja de ser cierto tampoco que el auge de la Web 2.0 y de las redes sociales y profesionales ha multiplicado las posibilidades de gestionar eficientemente nuestra red de conocidos y de generar negocio a través de la misma. Voy a ofreceros algunos pequeños consejos para utilizar esta herramienta de relación que está tan de moda hoy día.
Un primer paso siempre recomendable es que fijemos primero conceptos para saber de qué estamos hablando. Se puede decir que el networking es una actividad dirigida a construir y mantener relaciones personales estables, normalmente en un ambiente profesional, orientadas a la obtención de beneficios mutuos. Es decir, se trata de administrar y hacer crecer nuestra red de conocidos de tal manera que obtengamos y ofrezcamos beneficios a título personal a través de esas relaciones.
¿Por qué es importante esta definición? Porque nos pone en evidencia que con el networking vamos a establecer relaciones a largo plazo, y que vamos tanto a ofrecer a nuestra red como vamos a poder sacar partido de ella. Una actitud miope, cortoplacista o egoísta no hará que “exprimamos” todo el potencial de nuestra red, e incluso puede hacernos perder valiosos contactos.
La segunda cuestión que considero que debemos abordar es distinguir en qué redes sociales se puede hacer networking. Aquí se hace importante la distinción entre las redes sociales profesionales (Linkedin, Xing, Viadeo) y las más generalistas (Facebook, Tuenti, hi5, Twitter). Aunque luego volveré sobre esta cuestión, en principio voy a centrar mi análisis en las redes profesionales, pues son las que están específicamente diseñadas para esta tarea.
Las redes profesionales se caracterizan por tener perfiles de usuario más cuidados, y dar cauce a relaciones de tipo más formal que las redes generalistas. Casi todas tienen una estructura parecida, y ofrecen a sus miembros un apartado en el que pueden publicar su perfil, y otros que fomentan la relación entre miembros, como motores de búsqueda, grupos, foros, debates, tablones de anuncios, y utilidades para la organización de eventos. Todas suelen tener además un perfil general, de tipo gratuito, y otro “premium”, que ofrece opciones extra de búsqueda y envío de mensajes a gente fuera de nuestra red.
En la segunda parte de este artículo tendremos sobrada ocasión de analizar cómo fundamentar una estrategia de networking en redes profesionales paso a paso. No obstante, os voy a adelantar algunos consejos, a modo de reglas de actuación:
* Hay que tener siempre presente nuestra estrategia y objetivos. Debemos construir una red equilibrada, ni demasiado elitista (casi todos los contactos acaban siendo útiles), ni que crezca sin criterio (pues puede atraer a gente poco valiosa para nuestros contactos). Siempre debemos respetar la privacidad de nuestros contactos, y huir de actitudes que puedan ser percibidas como un “acoso” o una actitud egoísta y cortoplacista. Un colectivo de entre 150 y 200 contactos dentro de nuestro mercado objetivo suele ser suficiente para poder llegar a la mayoría de las organizaciones dentro de nuestros objetivos, por lo que no necesariamente vamos a necesitar un número de miembros enorme dentro de nuestra red para hacerla efectiva.
* Siempre hay que aceptar contactos con una cierta prudencia. Una actitud demasiado “abierta” nos puede llevar a caer en las redes de estafadores, o al menos de ser asociados con ellos. A modo de ejemplo, os traigo este post de Spanisland en el que se denuncia el caso de un presunto estafador, que supuestamente llegó a regodearse de que lo habían “cazado” en sus fechorías en su propio perfil de linkedin; un peculiar relato cuya veracidad no puedo confirmar ni desmentir, pero cuyo argumento se parece a muchas malas experiencias que me consta se pueden vivir a través de un networking demasiado confiado.
* Se trata de un proyecto a medio o largo plazo. Debemos ser constantes y dedicarle un tiempo periódicamente, participar en las actividades de nuestros contactos y grupos, proponer posibles actividades o temas de discusión, y nunca descuidar el diálogo que hayamos iniciado.
* De vez en cuando, hay que salir de la red: participar en eventos offline, quedar un día para conocer a tus contactos. La confianza se construye sólo con el contacto directo.
* Siempre hay que cuidar la coherencia con una posible presencia en otras redes sociales: Muchas personas utilizan también las redes sociales generalistas para hacer contactos. Twitter puede ser un complemento muy valioso para apoyar una estrategia en redes profesionales, por ejemplo, especialmente si además combinamos nuestra estrategia con un blog o microblog. En todo caso, aunque no se utilicen las redes sociales generalistas para hacer networking, hay que tener cuidado con lo que se comparte o publica en ellas, pues su contenido puede ser a veces observado, y puede interferir en la estrategia de networking que nos hayamos marcado.
Una vez establecidas estas pequeñas reglas de actuación, queda la cuestión de qué pasos concretos son necesarios para establecer una estrategia de networking en redes profesionales. Las propias redes profesionales prometen grandes posibilidades.
¿cómo podemos sacar partido a las redes profesionales para hacer networking? La mayoría de los que estéis leyendo estas líneas ya habréis creado perfiles en alguna de las redes profesionales (Linkedin, Xing, Viadeo), incluso habréis reunido una pequeña red entre los conocidos más próximos, y os estaréis preguntando cómo se le puede sacar partido. Muchos incluso puede que dudéis de su utilidad, pues sólo tenéis en la red a gente que ya conocíais, y no necesitáis una red social para mantener el contacto con ellos. Si os encontráis en esta última situación, habréis caído en uno de los errores más comunes: de nada sirve tener presencia en las redes profesionales si no tenemos claro nuestro objetivo. El primer paso para hacer networking efectivo en redes profesionales es tener muy claro el planteamiento estratégico de vuestra presencia.
Por tanto, el primer paso fundamental para hacer networking en redes profesionales es trazar una estrategia: tener claro con qué perfiles de profesionales os interesa establecer relación, en qué sectores, localizaciones o incluso organizaciones. De alguna manera, hay que marcar una mercado objetivo del networking, lo que nos llevará a poder decidir en qué redes vamos a actuar, y también nos permitirá establecer unos objetivos y prioridades. Si no lo hacemos, podemos avanzar a ciegas y perder nuestro tiempo sin resultados ni beneficio para nosotros.
Una vez establecida la estrategia, debemos decidir cuál será la red en la que vamos a actuar, y estableceremos nuestro perfil resaltando nuestras características personales y profesionales que nos hagan interlocutores atractivos para nuestro público objetivo (algo parecido a cuando redactamos un curriculum vitae). Resulta recomendable concentrar nuestra actuación en una sola red, aunque podemos publicar perfiles en otras redes con el fin de establecer contactos en ellas y sugerir que se unan a nuestra red principal.
A partir de ahí, vamos a ir construyendo nuestra red. Partiremos primero de nuestros conocidos directos, para ir expandiendo la red hacia nuevos contactos que nos acerquen a nuestro público objetivo. Todas las redes sociales tienen motores de búsqueda de personas y de organizaciones, que irán ofreciendo mejores resultados a medida que hacemos crecer nuestra red. Podemos apoyarnos en los contactos de nuestros contactos, que de alguna manera avalarán nuestra presentación. Podemos también presentarnos ante personas con las que no tengamos contacto, aunque siempre con un pretexto válido y concreto (conocemos algo que han hecho, o tenemos intereses comunes, etc.). Hay que evitar cualquier apariencia de que estamos buscando vender un producto o servicio, pues este tipo de prácticas genera rechazo, y suelen estar penalizadas por la administración de la red.
Una forma esencial de expandir nuestra red es utilizar las herramientas de participación de la red profesional: debemos buscar grupos y foros de debate que puedan ser frecuentados por nuestro público objetivo y nos den pie a entrar en contacto con ellos. Si ofrecemos contenidos interesantes o consejos desinteresados, acabaremos creando contactos valiosos que nos ayuden a cumplir nuestra estrategia.
Nuestra presencia en las redes profesionales puede constituir una estupenda carta de presentación que nos permita asentar y reforzar una estrategia de marca personal. Siguiendo estos pequeños consejos, podemos hacer también que nos genere oportunidades de negocio. Si somos pacientes, constantes y generosos, nuestra red puede ofrecernos mucho más de lo que invertimos en ella.
vía | emprendeme